Cuando pensamos en los pueblos de Urdaibai, nos vienen a la cabeza quizás los más cercanos a la costa o aquellos que han salpicado la historia como Bermeo, Mundaka o la sede de las Juntas Generales; Gernika. Todos ellos conocidos ya sea por su fama bañada por la mar, su famosa ola izquierda o el Arbol que protege los fueros euskaldunes. Pero Urdaibai guarda muchos secretos en su interior y uno de ellos es el pequeño pueblo de Ereño escondido bajo las faldas de Ereñozar, protegido por la cantera de piedra rojiza y camino a Lekeitio desde Gernika, que cuenta con tanto habitantes como metros le separan de la altura del mar, unos 280.

Los antiguos caminos nos permiten conocer Ereño. Caminos por donde llegaron los primeros habitantes a estas tierras y donde estos mismo caminos se convirtieron en testigos mudos del ir y venir de sus vecin@s: trabajadores que se dirigían a sus canteras, baserritarras que bajaban al mercado de Gernika a vender sus frutos y animales, personas que iban a los molinos a moler su trigo o maíz, niños y niñas que diariamente iban andando a la escuela…
Aquellos caminos nos dan a conocer hoy el rico patrimonio natural, paisajístico y cultural que nos ofrece Ereño, desde el arte en la naturaleza hasta un valiosos patrimonio inmaterial como es el euskera de sus gentes.
Dentro de sus laderas podemos encontrar 3 bonitos recorridos para conocer la historia, cultura y naturaleza de la comarca; la cima de Ereñozar, Ereño Behatokia y la ruta de la Cueva de Potoko.



Quizá la ruta mas conocida sea subir a Ereñozar y contemplar las maravillosas vistas que tenemos de Gernika, Kortezubi, las marismas y a lo lejos, al otro lado del río Oka, los astilleros de Murueta y el pueblo de Busturia entre otros puntos que la rodean. Si quieres saber más de Ereñozar pincha aquí para ver el post sobre los Miradores de Urdaibai (Parte II).

En esta ocasión vamos a centrarnos en las otras dos rutas que se pueden hacer dentro del pueblo de Ereño sin salir de sus fronteras. Sobre la imponente Iglesia de San Miguel y desde el parking, parte un recorrido que nos lleva a descubrir un lugar mágico: Ereño Behatokia, una obra de Rober Garay y Alber Palomera.
EREÑO BEHATOKIA
Estos artistas mencionados arriba, han trabajado el arte y la naturaleza en las faldas de Ereño y se trata de una obra que busca establecer un diálogo entre la Era Triásica y nuestro tiempo actual.
Hace ya mas de ciento diez millones de años, millón arriba millón abajo, nuestro paisaje montañoso formaba parte de un Arrecife de Coral.

Éste Arrecife de baja profundidad y de vivos colores, se fue tapizando de los cuerpos de las criaturas marinas que lo poblaron y fue animado con los diferentes óxidos de hierro mezclados con aguas hidrotermales que, al compactarse con fuerza en Ereño configuraron nuestro singular Mármol Rojo.






En un lugar mágico, lleno de vida, pasada y presente, con una idea artística fuera de lo normal, que respeta el medio ambiente, nos enseña nuestra historia pasada y nos conduce al presente; Rober y Alber han sabido crear un espacio eco-cultural que transmite a sus visitante una sensación de paz inmensa. Si queréis mas información acerca de este gran proyecto os recomiendo que visiteis su web en:
https://sites.google.com/view/sintonia-arrecifal/inicio?authuser=0
Suelen hacer visitas guiadas tanto de día como de noche. El acceso al lugar es cortito y relativamente fácil. Desde el parking de Ereño el recorrido será de unos 2 kilómetros aproximadamente.
POTOKO LEZIA
Partiendo desde el mismo punto del parking de Ereño y atravesando Ereño Behatokia, continuamos hacia una ruta que nos sumerge en un bosque que esconde algo más que naturaleza.
La Sima del Poto esconde en su interior una joya artística; «Ixiltasun Biribila». una obra diseñada para esta sima donde el autor, Edu Gordo, busca dar forma al silencio y sonido al vacío. Nos adentramos en el corazón de un bosque donde destacan los ejemplares de viejas encinas y grandes castaños.






Por el camino podemos observar como la obra de Edu se mezcla en sintonía con la naturaleza y poco a poco nos vamos adentrando en bosque que guarda un precioso secreto, la Cueva de Potoko a la cual no podemos acceder pero si observar desde su entrada, protegida por un enorme Haya que se encuentra solitaria en medio de un patio natural rodeada por un bosque que seguro antaño fue testigo de algún que otro ritual realizado por aquellas a quien llamaban brujas. Los Akelarres eran muy típico en esta zona montañosa y alejada de grandes pueblos por lo que seguro en esta ruta llena de cuevas, grutas y caminos de árboles misteriosos más de un ritual se habría realizado.
Esta ruta no es my larga, unos 4 kilómetros en forma circular que se pueden empezar por Ereño Behatokia y terminar por el camino asfaltado que une Ereño con Nabarniz o al revés. De cualquiera de las maneras es maravilloso y nos da la posibilidad de hacer una ruta diferente a lo que nos acostumbra Urdaibai.
Si te ha gustado Ereño, no dudes en visitarlo, así como dar la oportunidad a esos pueblos pequeños de nuestra comarca que esconden otros grandes secretos… ¿Sabías que hay un precioso puente románico en Arratzu?